Primera: aparece la Autoridad Única Nacional para la Simplificación
de Trámites y Permisos (sí, el cargo existe), Dante Rivas, señalando a través
de Twitter que, aquellos que osaran preferir la comida importada sobre los
alimentos de origen nacional, tenían todo el derecho de consumirla pero, eso
sí, que lo hicieran utilizando sus propios dólares y no con las divisas de
todos los venezolanos. Rivas, que evidentemente quería hacer una morisqueta
justificando la sustitución de las tradicionales papas fritas de una reconocida
cadena de establecimientos de comida rápida por yuca frita, terminó saliendo
con las tablas en la cabeza. Y es que el ex aspirante a Alcalde de Porlamar
(derrotado) parece olvidar que al día de hoy las estimaciones más modestas
señalan que en nuestro país por lo menos la mitad de las cosas que nos comemos
vienen de afuera. Aquel individuo que por años se había granjeado la reputación
de gerente eficiente y dirigente chévere del chavismo ya como que no es tan
buena nota…
Segunda: entra en escena un entonces para mí desconocido Ministro
de Alimentación, Yván José Bello Rojas, afirmando ante las cámaras de un canal
internacional de noticias que durante los 15 años que ya totaliza el chavismo
en el poder se ha incrementado la producción en varios rubros alimenticios y
que, además, en Venezuela no se está restringiendo el consumo al comprador,
sino que, por el contrario, se busca distribuir los alimentos de forma
“equitativa”. El Ministro coronó su aparición en televisión ese día
refiriéndose con sorna al tema de las interminables colas que ya son una
constante en las calles de todas las ciudades de la geografía nacional, al
punto de indicar que la cola es algo normal, porque cuando él va al stadium de
béisbol se cala una cola interminable para poder ver el juego de pelota.
”Tuvimos una Cuarta República que le hizo mucho daño al pueblo” se atrevió a
aseverar el Ministro aquel día. Se rompió el coco con tanta creatividad.
Tercera: aparece como colofón de esta historia el Jefe del Gobierno
de Distrito Capital, Ernesto Villegas, afirmando que los “hijitos de Papá”
escondieron y encarecieron los alimentos y ahora, de paso, a estos deleznables
personajes les ha dado por “infiltrar las colas” buscando el fin malsano de
provocar en el pueblo actitudes violentas que lleven a la guarimba y a la
desestabilización. Es decir, según el ex aspirante a Alcalde Mayor de Caracas
(derrotado) habría una serie de personas que se estarían dedicando a permanecer
medio día bajo el sol (fungiendo de teja, pues) en una cola para, desde allí y
masoquismo mediante, producir un estallido social.
Cuando José Vicente Rangel se
desempeñó como Vicepresidente de la República -durante la primera hora del
chavismo en el poder- acuñó la teoría del “país virtual”; aquél que según el
antiguo candidato presidencial de la izquierda venezolana prefabricaban los
medios de comunicación opositores al gobierno -especialmente la vieja Globovisión- para
reflejar situaciones que no se correspondían con la realidad de tranquilidad,
prosperidad y sosiego que por aquel entonces transitaba el país. Llegó a decir
José Vicente que las masivas protestas de calle en contra del Presidente Chávez
que se escenificaban en las pantallas de los medios de comunicación privados
eran infladas mediante softwares informáticos, creando en los televidentes
percepciones erradas de la realidad.
Hoy por hoy el país real de José
Vicente, ese donde todo es felicidad y lo demás son mentiritas de unos señores
que se han ensañado contra un gobierno que hace las cosas de manera impecable,
parece haberse instalado en el cerebro de funcionarios como Rivas, Villegas y
Bello. A nosotros, los que no formamos parte de la nomenklatura chavista, nos
toca calarnos las colas para comprar cualquier tontería y también, la matazón
que ya es un ritual en esta Venezuela venida a menos, en este “país virtual”
que en mala hora se nos ocurrió inventar a nosotros los opositores
desconsiderados.
Como dice la canción de Sabina:
“Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría, pero siempre que lo intento
ha salido ya el tranvía…” ¿Cómo hago para vivir en el paraíso terrenal de José
Vicente, Dante, Villegas y compañía? ¿Cómo hago?.
Nehomar Adolfo Hernández
Fotos: El Mundo
Fotos: El Mundo
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