
El 13 de septiembre de 1941, en el Nuevo Circo de Caracas, nace lo que
muchos autores califican como el primer partido político de masas de Venezuela:
Acción Democrática.
De esta forma, el espíritu de la lucha gestada en primera instancia a
través del ARDI, luego por ORVE y posteriormente en el PDN, ve su concreción
absoluta en la fundación del partido del pueblo; de la mano de connotadas
personalidades como Betancourt, Gallegos, Andrés Eloy, Barrios, Leoni y Prieto
Figueroa.
La aparición de AD en la escena política viene a contraponerse a la
llamada hegemonía andina en el poder que había inaugurado a finales del siglo
XIX “El Cabito” Cipriano Castro, continuada a su vez por los 27 años de cruenta
dictadura gomecista y que, a la muerte de “El Benemérito”, había elevado al
solio de Miraflores a López Contreras en primer término y a Medina Angarita a
posteriori.
Más allá de ello, la irrupción de AD en la palestra, a través de la
revolución de octubre de 1945 y luego -con mayor fuerza- al vencer Betancourt
en las elecciones de 1958, viene a significar un hecho determinante para los
venezolanos desde que decidimos independizarnos del Imperio Español: la llegada
de los civiles -de manera real y efectiva- al manejo del poder político (visto
el fracaso de la breve presidencia del Dr. José María Vargas a mediados del siglo XIX).
Desde 1830 hasta 1945 la Patria había puesto a descansar su destino en
las manos del militar fuerte de turno, quien para lograr hacerse con el poder
vivía en sempiterna guerra de montoneras con sus adversarios. Fuimos testigos
de cómo el caudillo devenía en gendarme necesario al llegar a la Presidencia;
así vimos calzarse la banda a Generales como Páez, Monagas, Guzmán Blanco,
Crespo o el propio Gómez.
Podemos afirmar sin empachos que
los mayores avances en materia social, económica y de infraestructura que ha
conocido el país se dieron durante los manidos 40 años de democracia que
arrancan en 1958 y de los cuales AD es parte consustancial. Sin embargo, el
mayor avance producido en esas 4 décadas no es otro que el de haber instaurado
la concepción civil del poder en Venezuela
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