A continuación se presenta lo que pretende ser un breve análisis sobre las implicaciones que ha traído consigo la crisis económica global, pero circunscribiendo estas implicaciones al continente europeo, y más específicamente a 4 países: España, Grecia, Portugal e Inglaterra. Acentuamos el análisis (además de en lo económico), en las consecuencias sociales y electorales que han devenido producto de los duros momentos que han tenido que atravesar las economías de estos países.
Son materia de este análisis: las medidas o reformas implementadas por el Jefe de Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero, a raíz de la crisis de desempleo desatada en los últimos años en España, así como el revés electoral sufrido recientemente por el Partido Socialista Obrero Español, que da casi por sentado una vuelta al poder del Partido Popular cuando toque elegir nuevo Jefe de Gobierno en 2012; la enorme deuda pública que le tocó asumir a Yorgos Papandréu al arribar al gobierno griego en 2009, que lo ha visto obligado a hacerse del argumento privatizador y de reducción del Estado como única arma posible; la debacle portuguesa y el adelanto de elecciones en esa nación ibérica, ante la dimisión del Primer Ministro, José Sócrates, quien a pesar de ser renuente a recurrir a la solicitud de un préstamo ante el FMI, no tuvo otra alternativa más que hacerlo, con un consabido descalabro del Partido Socialista en la región lusa, que recientemente ha puesto su destino en manos de una coalición de centro-derecha encabezada por Passos Coelho; y, finalmente, la llegada al poder en Inglaterra de la coalición de derecha liderada por David Cameron, quien ha aplicado una agresiva política de recorte al gasto público y ha reducido considerablemente la nómina de trabajadores del Estado.
En resumen, se plantea una mirada a la Europa que bien por obligación, bien por el triunfo de partidos políticos que preconizan argumentos de ese tenor ideológico, está girando a la derecha, con lo que señalamos como la adopción del “estado mínimo”: austeridad en el gasto público, limitados programas sociales y proclive a la privatización de empresas.
En resumen, se plantea una mirada a la Europa que bien por obligación, bien por el triunfo de partidos políticos que preconizan argumentos de ese tenor ideológico, está girando a la derecha, con lo que señalamos como la adopción del “estado mínimo”: austeridad en el gasto público, limitados programas sociales y proclive a la privatización de empresas.